Sunday, January 25, 2009

Crítica de Juan Sasturain

En una irónica secuencia de la memorable Cocodrilo Dundee, la primera -ese extraño, universal invento australiano de Paul Hogan sólo comparable a los Bee Gees-, un socarrón aborigen del lugar adelanta su palma abierta ante la cámara de Sue, la bella y civilizada reportera de New York y de visita, impidiéndole sacar la inminente fotografía. Ante la aclaración condescendiente de ella -sólo se trata de una superstición primitiva el temor a que la foto le arranque el alma al fotografiado- el morocho le explica que no es eso: sólo quería advertirle que no le ha sacado a la cámara la tapita que impide la entrada de luz. Me encantó.

Me parece que en ninguno de estos casos, entre los alumnos o talleristas o como se autodenominen los integrantes de la patota fotografiadora de Daniel Merle ha habido riesgo cierto de que se produzaca una situación de ridícula humillación y vergüenza ajena (o propia) semejante. Esta gente va a buscar la foto con lo menos posible, es decir: está dispuesta -según parece y se ve acá- a encontrar, antes que nada.

A mí, que no entiendo nada de estas cosas, me gusta cuando pasa eso. Y acá pasa.

Gracias.
Juan Sasturain

Fotógrafos de la troupe de Daniel merle, ninguna ha estadoexpuesto a semejante humillación.

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